Desde los tiempos coloniales, la ciudad de Arequipa destacó por sus numerosas iglesias, templos, monasterios y conventos. Durante los siglos XVI y XVII, la incidencia de los fenómenos sísmicos hizo desistir a los arquitectos de la simple traslación de los diseños europeos y los forzó a incorporar gradualmente el empleo del sillar y a dar preminencia a las paredes de grueso talud, reforzadas con contrafuertes, con el fin de absorber mejor el embate sísmico. En el caso de portadas, arquerías y otros elementos ornamentales, la fácil talladura del sillar permitió arriesgar una mayor profusión de detalles. El resultado fue la construcción de edificaciones más seguras y a la vez imponentes, con características arquitectónicas y rasgos artísticos propios del lugar, que hoy es el orgullo de los arequipeños.
La Catedral de Arequipa
Su actual diseño data del siglo XVII. Es un complejo conjunto arquitectónico de piedra con bóvedas góticas de ladrillo, combinado parcialmente con sillar. Su fachada ocupa todo el lado norte de la Plaza de Armas. Se distingue por sus dos altas y afiladas torres y por las arquerías de sillar en las esquinas laterales del atrio. Es de estilo neo renacentista, siendo muy admirada la edificación por su perfecta luminosidad interior. Proyectó su construcción con tres naves el arquitecto limeño don Andrés de Espinoza. Se iniciaron los trabajos en 1621 y se concluyeron en 1656. Fue inaugurada por monseñor Gaspar de Villarruel. Contrasta con la relativa austeridad del diseño exterior la rica ornamentación interna, donde destaca el tallado en madera de la sillería del coro, el altar mayor, el púlpito —que se apoya sobre la imagen de Satán vencido— y la sacristía. Los frecuentes fenómenos sísmicos de la región han obligado a sucesivas restauraciones, sobre todo de las cúspides de las torres. Sufrió también los embates de un devastador incendio en 1844. Fue restaurada en 1868 por Lucas Poblete. La más reciente rehabilitación de las torres data del año 2002.
Iglesia La Compañía
Ubicado en las esquinas de las calles Ejercicios y General Morán, este templo constituye el más antiguo e importante testimonio de arquitectura religiosa con utilización del sillar. Tuvo una primera edificación, de menores dimensiones, iniciada en 1578 por Gaspar Báez, que fue destruida por un terremoto en 1584. La segunda edificación, siguiendo el diseño que hoy conocemos, fue iniciada por Diego Felipe en 1595, pero sufrió interrupciones causadas por sismos y problemas diversos. Continuó las obras Simón de Barrientes, en 1654. Las cúpulas fueron cerradas en 1690. La obra fue inaugurada en 1698, como está grabado en el pórtico.
La iglesia de La Compañía de Jesús se distingue por la rica ornamentación de su frontón, de tipo plateresco mestizo. En el tímpano de la portada lateral destaca un relieve con la imagen de Santiago Matamoros, a quien está dedicada la iglesia. Todo el edificio fue hecho de sillar, con bóvedas de medio punto y medias columnas que sostienen la entabladura superior. Tiene tres altares dorados de esmerado estilo barroco mestizo y un atrayente púlpito. Toda la ornamentación data de fines del siglo XVII. Aunque la maciza construcción de sillar ha soportado sin mayor daño el impacto de fuertes sismos desde 1698, la torre que hoy presenta fue reconstruida con rasgos más clásicos y simples en el siglo XIX.
Colindando con la iglesia de La Compañía, sobre la calle general Morán, todavía se conserva parte del claustro jesuita, con corredores enmarcados en portales de sillar tallados desde su base, que datan de 1690.
Fueron también edificadas por La Compañía, para propósitos conventuales, la actual casa Riclcetts (en la calle San Francisco) y la actual casona Irriberry (en la calle San Agustín), ambas de inicios del siglo XVIII, que llevan en la parte alta de la portada el monograma jesuita tallado en el sillar.
Iglesia San Agustín
Este templo está ubicado en la esquina de las calles San Agustín y Sucre, con el pórtico sobre la primera de ellas. Su actual edificación data del siglo XIX. Su reconstrucción fue llevada a cabo después del sismo de 1868, que sólo dejó en pie la sacristía. La restauración trató de ser fiel al estilo original, barroco mestizo, del siglo XVII. La cúpula conserva la peculiar ornamentación del antiguo diseño. La ornamentación de la portada, de relieves gruesos y proporciones bajas, con motivos iconográficos audazmente estilizados, muestra un arte mestizo de características más intensas que en otras iglesias arequipeñas. La nave guarda una interesante colección de pintura virreinal.
Iglesia Santo Domingo
Fueron dominicos los primeros misioneros doctrineros llegados a Arequipa. Su primer templo tuvo dos destrucciones por causas sísmicas: 1582 y 1604. La fachada y la nave principal del templo que hoy conocemos fueron concluidas en 1647. Una torre poligonal fue agregada en 1649 por el constructor Juan de Aldana. El frontis se caracteriza por el delicado labrado de enredaderas y rosetas, conjugado con flores de cantuta y ángeles trompeteros, en tomo a la sobria imagen del santo. Resistió numerosos terremotos desde el siglo XVII, pero tuvo que ser rehabilitada por los daños sísmicos sufridos en 1868. Experimentó otros daños con los terremotos de 1958 y 1960.
Iglesia San Francisco y la Tercera Orden
Esta iglesia tuvo una primera edificación en 1569, dirigida por Gaspar Báez. Consistía en una sola nave abovedada y un santuario con cúpula. No sufrió grandes daños con el terremoto de 1582, pero sí con el de 1687. Fue entonces remodelada y ampliada, incluyendo sillar en la reconstrucción. Destaca por su coro de piedra y por la aplicación artística del ladrillo en la configuración del frontis. Sufrió serios daños en 1960, por lo que tuvo que ser reconstruida de acuerdo al diseño original. Al lado de este templo está la pequeña iglesia de la Tercera Orden, construida en 1775 y reconstruida luego del terremoto de 1784. Tiene forma de cruz latina con una cúpula sobre el crucero. En la portada hay motivos escultóricos mestizos, junto a las figuras de San Francisco y Santa Clara adorando a la hostia. La iglesia de la Tercera Orden conserva una valiosa biblioteca colonial.
Iglesia La Merced
La iglesia y el convento de La Merced fueron fundados en 1548. El templo que hoy conocemos fue concluido en 1661. La iglesia de La Merced se distingue por una cúpula maciza que se eleva sobre el crucero de la nave y por su curioso pórtico de estilo mudéjar tallado en el sillar.
Iglesia Santa Teresa
El monasterio de Santa Teresa, construido en 1700, está ubicado en la esquina de las calles Peral y Melgar. Se caracteriza por los grandes contrafuertes que sostienen la iglesia por el lado de la calle Peral. La parte exterior ha tenido modificaciones arquitectónicas pero los interiores conservan las características originales. Su iglesia ostenta una pila bautismal de piedra delicadamente labrada.
Iglesia Santa Rosa
El monasterio de Santa Rosa fue fundado el 12 de junio de 1747. Está ubicado entre las calles San Pedro y Santa Rosa. Tiene una iglesia que conserva muchas talladuras originales de estilo barroco mestizo del siglo XVIII.
Iglesia de Cayma
A 3 km del centro de la ciudad, en la plaza principal del poblado de Cayma (llamado “el balcón de Arequipa”, por el magnífico paisaje del valle que allí se ofrece), se encuentra una pequeña iglesia edificada por Pérez del Cuadrado en 1719. Está dedicada a la Virgen de la Candelaria. Ante la devoción suscitada por este culto, el célebre párroco Juan de Zamácola y Jáuregui le agregó dos naves laterales, concluidas entre 1783 y 1802. Su edificación en sillar guarda rasgos artesanales originales derivados del barroco mestizo. La casa cural colindante con el templo, que data del siglo XIX, es célebre por haberse alojado allí el Libertador Bolívar durante su visita oficial de mayo de 1825. Todavía se conserva el amoblado y demás enseres de esos días. En la iglesia de Cayma tuvieron honras fúnebres y sepultura temporal los restos del prócer Trinidad Morán, venezolano de destacada actuación en las batallas de Junín y Ayacucho, residente en Arequipa desde 1826, donde murió fusilado en 1854, por efecto de los avatares de las guerras civiles de la época.
Iglesia de Yanahuara
En la plaza principal de este tradicional poblado, se yergue una pintoresca iglesia fundada el 29 de enero de 1750. Sólo tiene una nave, con una fachada sencilla que ostenta columnas que flanquean la puerta. En la parte central superior del frontis un nicho en forma de concha alberga la imagen tallada en sillar de la Virgen del Rosario, a quien está dedicada la iglesia. Los motivos tallados en torno al arco de entrada y los gruesos contrafuertes de los muros parecen preservar reminiscencias prehispánicas.
Iglesia de Chiguata
En la plaza del pequeño poblado de Chiguata, a 28 km de Arequipa, está el templo del Espíritu Santo, que data de fines del siglo XVIII. Su portada, tallada en sillar, con ángeles y flores en actitud de loor, es una de las más originales del estilo barroco mestizo arequipeño. Dentro de la iglesia, flores y cabezas de querubines enmarcan las figuras de santos que forman parte de las columnas que sostienen la cúpula.